Cómo se vestían los caballeros medievales: de la cota de malla a la armadura completa
La vestimenta de un caballero medieval no era solo cuestión de moda: era una combinación de protección, estatus social y funcionalidad. A lo largo de la Edad Media (aprox. siglo V al XV), la indumentaria de los caballeros evolucionó considerablemente debido a cambios en la tecnología, las tácticas militares y la disponibilidad de materiales.



1. La Alta Edad Media (siglos IX–XII): el dominio de la cota de malla
En los primeros siglos de la caballería feudal, la protección principal era la cota de malla: una túnica hecha de miles de anillas metálicas entrelazadas, que cubría desde los hombros hasta las rodillas.
- Bajo la armadura: se usaba una gambesón o acolchado de lino o lana, para amortiguar golpes y evitar roces.
- En la cabeza: cascos cónicos con nasal (barra protectora sobre la nariz).
- En las piernas: grebas de cuero o malla para proteger los muslos y espinillas.
- La cota de malla ofrecía buena movilidad, pero pesaba entre 10 y 15 kilos y no protegía bien contra impactos contundentes.
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2. La Baja Edad Media temprana (siglos XIII–XIV): transición a placas
Con el perfeccionamiento de las armas (como la ballesta) y el aumento de la fuerza de las espadas, la cota de malla empezó a complementarse con placas metálicas.
- Armadura de transición: combinaba malla con piezas de hierro o acero en pecho, hombros y brazos.
- Cascos cerrados como el yelmo grande (great helm), cilíndrico y con ranuras para la visión.
- Escudos de cometa, más alargados, evolucionaron hacia escudos más pequeños y maniobrables.
3. La Baja Edad Media tardía (siglo XV): la armadura completa
La evolución culminó en la armadura de placas completa, fabricada en acero templado, que cubría todo el cuerpo articuladamente.
- Peso total: entre 20 y 25 kilos, distribuido para permitir gran movilidad.
- Bajo la armadura: seguía siendo esencial el acolchado y la malla en zonas vulnerables.
- Cascos como el bacinete con visera abatible (húmedo precursor de las viseras modernas).
- Diseño optimizado para torneos y batallas: más aerodinámico, mejor protección contra armas punzantes.
4. Elementos no bélicos
Fuera del campo de batalla, el caballero vestía según su rango y riqueza:
- Túnicas de lana o lino finamente bordadas.
- Capas largas (a veces con forro de piel).
- Colores vivos y escudos heráldicos para mostrar linaje y lealtades.
5. Mitos y realidades
- Mito: las armaduras eran tan pesadas que impedían moverse o levantarse.
Realidad: un caballero entrenado podía correr, montar a caballo y luchar con relativa agilidad. - Mito: todos los caballeros vestían igual.
Realidad: el equipo variaba según la región, el periodo y el poder adquisitivo.
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